martes, 18 de agosto de 2009


SOY RENEGADO

Hoy tengo mucho odio, mucha rabia, mucho mal humor. Y más de lo que me hace poner así me sigue sucediendo.

¿Por qué no admitirlo y ya? Vanas ambiciones de sonreír cuando no queremos…

Ho y quiero decir NO. No a todo, a vos, a el, a esto y aquello. Y así, solo así, puedo llegar a ser feliz a esta, mi manera.

¿Qué es el mal humor, sino mas que el hacer lo que realmente deseamos, y tomar las cosas como realmente las sentimos? Pareciera que necesitamos de esa gran motivación de humor y sentimientos en nuestro interior para recolectar de esa fuerza personal que nos lleve a decir y hacer, o no decir, ni hacer lo que no tenemos ganas.

Hoy si, no tengo ganas, ni de vos ni de nadie, y me siento feliz, por mas que mi cara no lo demuestre. Porque elijo. Quizás no elijo como sentirme, pero si el dejar que suceda, y tomarlo de la mejor manera.

Sonará raro, pero realmente disfruto de mi cara, y dentro de lo que no tengo ganas, disfruto de lo poco que sí. De eso se trata… no me digas que estas pensando en el “buscarle el lado bueno” porque si es así, no entendiste nada. Es el aceptar las cosas tal cual son. Esa relajación es la que me lleva a encontrar esa calma, donde solo yo me encuentro cómodo. Y no acepto visitas.

Y me dicen que soy renegado. Renegado porque la llave se trabó en la puerta y llegue una hora tarde? Renegado porque el día está del orto y me mojé todo? Renegado porque el vaso tenia una rotura y se me mancho toda la camisa, que comenzaba a secarse?

SIIIIIIIIIIIII, entonces soy un terrible renegado. Y pareciera que cuando es así, las cosas que nos llevan a eso, nos suceden una tras otra. Entonces me pongo a pensar… soy yo el renegado? O las cosas que me suceden me llevan a eso?

¿Por qué si el vaso estaba roto lo volviste a dejar en el montoncito, sorete? ¿Cuándo va a ser el día que cambien la llave por la tarjetita? Ahora las soluciones a mis problemas vienen como lluvia a mi cabeza. Pero ninguna cambiará nada. Y no deseo que lo hagan.

De vez en cuando, al fin y al cabo, necesitamos esa cuota de mal humor. Esa oposición que nos lleva a poder disfrutar de las cosas buenas que vienen luego.

Que venga esa persona a pasarte un trapito por la camisa, o que el edificio haya decidido modernizarse quitar algunos problemas cambiando la llave por la tarjetita. Sea cual sea la situación, todo tiene un lado bueno.

Hoy estoy de mal humor, y lo estoy disfrutando… al fin y al cabo, soy renegado y me va bien.

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